miércoles, 26 de noviembre de 2014

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Hay magia en el laberinto


miércoles, 30 de enero de 2013

miércoles, 18 de julio de 2012

Chequen el nuevo documental Flamenco y Cultura Gitana de Laura Rosseti.



jueves, 9 de febrero de 2012

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Media Art en México

Media Art en México



La producción artística mexicana refleja un país marcado por la complejidad de sus raíces, así como su autonomía en relación con las corrientes europeas y norteamericanas (Canadá, EUA).

México es un país cargado de tensión social y política, cuyos paisajes naturales expresan una exuberancia muy particular que los artistas, en diferentes épocas, supieron materializar en sus obras.

El reconocido escritor y premio Nobel mexicano, Octavio Paz, en su texto “Privilegio de la vista: arte de México”, en el cual se reúnen artículos, ensayos y reflexiones acerca del arte –desde lo prehispánico hasta el siglo XX– presenta un panorama exhaustivo del devenir del arte mexicano, donde autores y “escuelas” manifiestan su singularidad y pertenencia.

Más allá del arte revolucionario que promovió el movimiento social de 1910 y el Muralismo, reconocido internacionalmente como un movimiento específico de este país, la producción artística mexicana siempre se ha distinguido por reflejar una realidad marcada por conflictos y contradicciones, donde la violencia o lo macabro, junto con el folclor y la Virgen de Guadalupe, adquieren significados simbólicos que reflejan la injerencia extranjera y la resistencia de culturas indígenas refinadas y creativas.

En el siglo xx, críticos de arte como Raquel Tibol o Fernando Gamboa han contribuido a la difusión del arte mexicano en los museos internacionales con exposiciones monográficas o colectivas (París, Venecia, Nueva York, Madrid y Londres), donde el muralismo mexicano, las pinturas de Diego Rivera y Frida Kahlo, así como las de Orozco, O´Gorman, Rufino Taiayo, Remedios Varo y David Alfaro Siqueiros, dieron a conocer un México que, a pesar de sus contradicciones, aportaba estilo, colores y técnicas al arte contemporáneo.

Entre estos artistas, Alfaro Siqueiros fue un pintor multifacético y precursor de un arte multimodal, relacionado con la arquitectura y la música. Siqueiros, como responsable actiro de un movimiento promotor de la plástica monumental, cuya vida representa una apuesta por los ideales revolucionarios, realizó una búsqueda categórica de medios modernos aplicables al espacio artístico. En sus escritos describe en forma exhaustiva las peripecias del arte mexicano en las exposiciones europeas de París, Venecia, Estocolmo y Londres, en los años 50, cuando las obras de los artistas mexicanos despertaban una amplia crítica por su carácter social y político. (Tibol: 161.)
A más de medio siglo de distancia de la transición del arte-objeto al arte espacio, con la estrecha relación entre arte y comunicación, con la aportación de la tecnología y el fenómeno social y económico de la globalización, las obras de artistas mexicanos siguen teniendo un carácter social de denuncia y de protesta.

En los últimos años, las inquietudes culturales mexicanas se han manifestado en forma de graffiti, performances, instalaciones, y videos experimentales y artísticos que sobresalen por su propuesta estética y su compromiso social.
Artistas como Gabriel Orozco, Carlos Amorales, Rafael Lozano Hemmer o Héctor Zamora, presentes en exposiciones internacionales, mantienen vivo su legado nacional, rescatando símbolos y problemáticas particulares de su país de origen.

La referencia al “juego de pelota” de los aztecas en la obra “Ping pong” de Gabriel Orozco, así como la presencia reiterada, en la exposición, de fotos de paisajes mexicanos, lo confirman. Por su lado, Carlos Amorales rescata con fotos y dibujos la lucha libre y las calaveras, así como el conceppo de franquicia (típico de la era global) como soporte de una estrategia que logra relacionar el arte con la cultura contemporánea del marketing. Su hibridación de medios comerciales y prácticas populares hace que su obra pueda ser leída no sólo como expresión de una particularidad cultural aislada, sino como un fenómeno generalizado (J. Manuel Springer, 2005).

Por otro lado, artistas como Coral Revueltas, Elvira Sarmiento y José Antonio Farrera, proponen en sus obras una lectura de los puntos comunes de la ciudad: la movilidad de su gente (indígenas que migran a las calles citadinas), la ubicuidad de sus prácticas (el comercio ambulante, la piratería) y la fusión de la imagen publicitaria con el tejido urbano de la ciudad, propias de cualquier metrópoli contemporánea, pero indicativas de las particularidades de la Ciudad de México.

Lozano Hemmer también rescata su mexicanidad en la instalación “Público Subtitulado” (2005), donde al utilizar cámaras desarrolladas como tecnología de vigilancia por las autoridades militares y migratorias de EUA crea un espacio en el cual, una vez que el sistema detecta al público, sobre sus cuerpos se proyectan palabras que corresponden a verbos conjugados en tercera persona: “compra”, “reduce”, “moraliza”, etcétera. Su obra se relaciona con el desarrollo de la tecnología como herramienta generalizadora de la identidad del individuo.

A estos artistas reconocidos se suman otros que trabajan aisladamente en la metrópoli y en diferentes partes del territorio mexicano, sin por esto ser menos talentosos o contundentes en sus propuestas.




En las últimas décadas...

Con el uso extendido de los soportes digitales, creadores formados en diferentes disciplinas como Pintura, Escultura, Danza, Teatro, Música, Cine y Televisión han dado vida a ambientes artísticos, reales y virtuales, cuya característica en común es expresar un arte híbrido, a veces efímero o interactivo, relacionado con los medios de comunicación.

Desde las vanguardias del siglo XX, las prácticas artísticas han ido evolucionando, pero fue a partir de la década de hos 60 cuando –con el cine experimental y el video, y después con lo digital– también se cuestionaron las técnicas de producción simbólica, las estructuras narrativas y los espacios de exhibición tradicionales, entre otros factores.

El arte de los medios, desde el videoarte, las instalaciones y los performances hasta la gran variedad de experimentación en la Red, ha involucrado a artistas deseosos deexperimentar con nuevos materiales –inmateriales– y ha promovido la consolidación de centros de difusión y formación específicos.

El fenómeno se ha dado de manera tan vertiginosa que, tomando en consideración el alto grado de difusión, manipulación y posicionamiento de estas nuevas manifestaciones artísticas, ha generado no pocas interrogantes acerca de la relación entre arte y ciencia, arte y espectador, así como sobre las nuevas formas y prácticas creativas.

En realidad, aunque cada día presenciemos más un estado de interferencia a nivel global, estas temáticas han generado expresiones artísticas particulares en cada país, que reflejan la historia, las tradiciones y las contradicciones del entorno más inmediato.

En este proyecto se pretende(re)definir las particularidades de la producción experimental, multimodal e inmaterial, que el arte de los medios ha manifestado en el contexto geopolítico mexicano.



Marco geográfico

Aunque sea bien sabido que los estudios e investigaciones acerca del Media Art se caracterizan por una influencia eurocentrista y estadounidense, al querer documentar la producción artística en los países periféricos, como los de América Latina, ha sido sorprendente hallar muchas deficiencias a nivel de documentación histórica.

En algunos casos, se podría justificar la escasez de información por factores culturales y políticos; en otros, por el reducido interés de los artistas de dejar testimonios en este ámbito.

Sin embargo, esta carencia resulta muy lamentable si se considera la presencia, desde el siglo pasado, de movimientos artísticos peculiares de la región.

Este es el caso de México, un país de antigua cultura y larga tradición, que se ha manifestado tanto en la época precolombina como en la posrevolucionaria. Teóricos del arte revolucionario  como Felip Best Mogart; muralistas como David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera; y artistas surrealistas como Remedios Varo o Frida Kahlo, testimonian la madurez e implicación del arte en la cultura mexicana.

En la actualidad, la presencia del Media Art en México también se ha afirmado gracias a festivales, exposiciones y bienales promovidas con el apoyo de instipuciones gubernamentales (Conaculta, Cenart, INBA) que han creado espacios para la difusión y el debate de estas obras, además de implementar cursos y talleres de enseñanza para las nuevas generaciones que desean incursionar en la experimentación —como el Centro Multimedia del Cenart y la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” —.

Debido a la gran extensión del territorio mexicano, se han rescatado las obras y las opiniones de artistas reconocidos a nivel nacional a internacional, residentes en la capital del país, el Distrito Federal. Sin embargo, existen ciudades como Guadalajara y Monterrey, o regiones como las de Yucatán y Oaxaca, donde también se han promovido eventos y festivales dedicados al Media Art.